BigData , Analytics y IoT: Las Nuevas Armas Contra el Fuego

Desde finales de 2016 y lo que va de 2017, los incendios han sido una preocupante y frecuente noticia, apareciendo por lo menos una vez a la semana en algún medio de comunicación. Uno de los peores ejemplos, fue el gran incendio en Valparaíso hace algunas semanas, situación que aún repercute en los habitantes de la ciudad y localidades cercanas.

Sumado a esto, ha habido un preocupante número de incidentes a lo largo del país, tanto estructurales como forestales. De estos últimos, al día de hoy, existen más de 40 focos activos según CONAF.

Cómo se puede mejorar esta situación? Es posible anticiparse a un siniestro? La respuesta es SI.

En Estados Unidos, organizaciones encargadas de la preservación de parques nacionales han comenzado a implementar modelos analíticos en la prevención de incendio forestales.

Científicos y técnicos analizan datos recopilados de diversas fuentes, como informes y reportes en tiempo real, imágenes satelitales y datos históricos. Apoyándose en modelos y simulaciones de incendios, son capaces de apoyar quienes combaten el fuego, e incluso predecir algunas situaciones.

Esto les ha sido posible de implementar gracias a una constante recolección de datos. Gracias a sensores meteorológicos es posible extrapolar patrones de secado en el terreno y en la vegetación, determinando así zonas con mayor riesgo de iniciar un evento. A medida que el índice de peligro en un lugar aumenta, los encargados pueden pre-organizar mejor sus recursos, redirigiendo sus esfuerzos y estando mejor preparados ante una posible catástrofe.

USFS volunteer fire lookout Charles White at the Osborne Fire Finder at Vetter Mountain Lookout in the Angeles National Forest. The Osborne Fire Finder is a device made in the 1920s and still in use today. (Image: Charles White via Wikipedia)

Por si todo esto fuera poco, los guardaparques cuentan con un eficiente sistema de respuesta ante una eventualidad. No sólo cuentan con puestos de observaciones y torres vigía, sino que además reciben información diaria de un sistema de imágenes satelitales de la NASA. MODIS (Moderate Resolution Imaging Spectroradiometer), permite contrastar la información avistada desde la tierra, e incluso, determinar un punto de partida de incendio luego de una tormenta eléctrica.

Todo este trabajo ha traído favorables resultados a los estadounidenses, quienes han disminuido el número de incidentes desde el año 2015.

En Chile encontramos zonas con diferentes tipos de clima, topografía y vegetación, por lo que tratar todas las zonas de igual manera es algo muy lejos de lo óptimo. Es cierto que los recursos son limitados y muchas veces quienes más ayuda necesitan para combatir los incendios son los últimos en ser escuchados, pero esto sólo reafirma el hecho de que la gestión que se realiza hoy en día está lejos de ser la adecuada.

Por si fuera poco, el reporte semestral de 2016 de ONEMI arrojó que el 95% de los incidentes ocurridos a nivel nacional,  en el primer semestre de 2016, fueron de origen antrópico. Una suma desalentadora considerando que la mayoría de estos eventos terminan sin responsables.

Es necesario cambiar el enfoque con el que se aborda este tema, pues a este paso no sólo la la vegetación en muchas regiones se verá gravemente amenazada, sino que situaciones como las vividas en Valparaíso hace unas semanas podrían ser cada vez más frecuentes.

FUENTE

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